Los etarras que transportaban 130 kilos de explosivo en un vehículo que fue descubierto este jueves en Ayamonte llevaban una mochila con efectos personales de un hombre entre los que se encontraba una camiseta de la selección española de fútbol, según informó la agencia Vasco Press.
Los agentes de la Guardia Civil que inspeccionaron el Ford Focus abandonado por ETA, al parecer al percatarse de la presencia de controles policiales, encontraron en el interior del vehículo una mochila con prendas de vestir y otros efectos.
En la mochila se encontraron la camiseta de la selección española, bañadores, unas gafas de bucear, una cafetera y otras prendas de vestir pertenecientes a un hombre. Además, el etarra llevaba siete libros, uno de ellos 'El arte de la guerra', obra de Sun Tzu.
El Ford Focus había sido alquilado en Lisboa por un hombre joven que utilizó un documento de identidad falsificado con los datos de un vecino de Guipúzcoa que no tiene ninguna vinculación con la organización terrorista ni con el alquiler del coche.
Los responsables de la investigación consideran que el explosivo fue recogido en España, pero desconocen cuál podía ser su punto de destino. No se descarta la posibilidad de que se dirigieran a Portugal para ocultarlo y luego pasar desde ese país a cometer los atentados en el sur de España.
Los etarras llevaban en el coche un callejero de Sevilla y un mapa de carreteras del sur de España, aunque sin ningún tipo de indicación o señal.
Los investigadores no tienen una explicación clara para la presencia de dos individuos en una motocicleta que rompieron el cristal del vehículo, rebuscaron en su interior, al parecer con intención de llevarse algo, y se dieron posteriormente a la fuga. Este episodio, ocurrido hacia las doce y media, fue el que provocó que un testigo diera aviso a la Guardia Civil.
El miembro de ETA que conducía el coche había abandonado el vehículo en una vía de servicio tres horas antes, había cruzado la autopista y se subió a otro turismo conducido por otra persona. Este segundo turismo se dirigió hacia Sevilla, mientras que el Ford Focus circulaba en dirección contraria, hacia la frontera de Portugal, situada apenas a un par de kilómetros.
A los agentes les resulta extraño que si los ocupantes de la moto eran los miembros de ETA tuvieran que registrar el interior del coche revolviendo lo que había en su interior para buscar lo que hubieran ido a buscar. Por ello no se descarta la posibilidad de que los ocupantes de la moto no tuvieran relación con el coche ni con los etarras.
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